16 octubre 2007

Salud, educación y empleo para jóvenes, principales prioridades para el próximo Alcalde de Bogotá

Constituyen la cuarta parte de la población y 53 por ciento de ellos vive en condiciones de pobreza. Requieren educación superior, seguridad social que no dependa de sus padres y empleo, entre otras.

Basta señalar solo unas cifras para mostrar estas necesidades: el 15 por ciento de los 80 mil muchachos que se gradúan cada año como bachilleres logran un cupo en la educación superior; el año pasado hubo un aumento del 4 por ciento de embarazos en mujeres de 15 a 19 años con respecto al 2005 y el desempleo juvenil -por encima del 20 por ciento- dobla los porcentajes generales de desempleo.

"Hay que reconocerle a esta administración que por primera vez en un Plan de Desarrollo se habla de manera explícita de los jóvenes", explica el director del Observatorio de Juventud de la Universidad Nacional, Fabián Acosta.

Esta entidad, junto con la Fundación Restrepo Barco, Viva la Ciudadanía y el proyecto Bogotá Cómo Vamos (alianza entre la Fundación Corona, la Cámara de Comercio de Bogotá y la Casa Editorial EL TIEMPO), realizó una investigación para saber cómo está la juventud. El informe hace varios llamados para que se ponga más atención al acceso de los jóvenes al sistema de salud y, principalmente, al acceso a la educación superior. Le abona a esta administración el haber movilizado a 15 mil muchachos (entre 14 y 26 años) para que participaran en la formulación y redacción de la política de juventud, pero le preocupa que todo se quede en el papel. De hecho, señala que buena parte de las metas planteadas en el Plan de Desarrollo sobre el tema tuvo pobres resultados.

La reforma, en deuda

"Una de las principales causas fue el desorden institucional en el tema de juventud, que persiste a pesar de la reforma administrativa", señala Carlos Córdoba, coordinador de Bogotá, Cómo Vamos.

"Además se requiere una línea base de la situación de los jóvenes en Bogotá para que se puedan aplicar las medidas y las metas de la política formulada", explica Acosta, investigador principal del informe.

Según Carolina Triviño, gerente de la juventud del Instituto de la Participación del Distrito, la política cuenta con tres ventajas que permitirán su implementación.

"Constituye un decreto (el 482 del 2006) expedido por el Alcalde, tiene unos lineamientos que fueron dados por el Concejo de Bogotá mediante un Acuerdo y, lo más importante, fue apropiado por los jóvenes. Estoy segura de que las organizaciones juveniles y demás jóvenes van a exigir que continúe la política".

Triviño también asegura que se está creando un sistema de información que permitirá hacerle seguimiento a la puesta en práctica de este documento. "Queda una deuda pendiente en el tema de educación superior, pero nosotros trabajamos en básica y media en distintos frentes", señala.

Esos frentes son: mejorar la calidad de la educación para que los jóvenes puedan acceder a becas y permanecer en las universidades y realizar convenios con instituciones que les den a los muchachos herramientas que les permitan entrar al mercado laboral.

Además de estas acciones, los investigadores piden buscar soluciones en conjunto con el Gobierno Nacional para la productividad de los jóvenes, ampliar la mirada más allá del enfoque de riesgo en los temas de salud y articular bajo una sola directriz distrital la coordinación de la política de juventud.

53% de la población joven de la ciudad vive en condiciones
de pobreza. Mientras que la tasa de embarazos en mujeres de 15 a 19 años aumentó un cuatro por ciento entre el 2005 y el 2006.

Los investigadores recomiendan

Diseñar una política clara universitaria que dé oportunidades a los jóvenes. No puede haber una mejora en la situación de esta población si no accede a la educación superior, pues de ella depende que no caigan en el desempleo o en los empleos precarios.

Trabajar con el Gobierno Nacional en la elaboración de una propuesta en el sector salud que permita a los que no tienen trabajo y no están estudiando contar con seguridad social, pues en la mayoría de los casos los padres son quienes los afilian.

Crear políticas que hagan énfasis en la salud mental, pues estamos en un país en guerra, cuyas principales víctimas y victimarios es la población joven. Dar las condiciones para que se vuelvan exigibles los derechos a la salud y al bienestar de los jóvenes debe ser también una prioridad.

El Tiempo